Estoy en una ciudad, donde la voz del pueblo es de un armonía ausente
Es una armonía, indetectable. Es un grito del silencio.
Es música estruendosa y es música al fin. En cada personita, hablan muchas voces, se escuchan gritos de recuerdos de infancia, se ansían orgasmos, se buscan en Marx o en Bretón. Se piensa en el cantante de mala fama, en el intendente, y se baila cumbia. Se piensa en Pappo, y en el polvo blanco que llaman la gilada y se escucha Rock. Alguno sabrá de Mandela. Todes están recitándose algún mantra para sí mismos.
Hacia afuera, no hay novedades. Yo, soy sólo una nota más.
Estoy también en mi propia matria o patria. Didetronix.
Los perros de tres cabezas forman parte de su mitología
Hace referencia a la tríada. Mujer, fantasìa, perro.
La mujer, como representante de la vida
La fantasìa como representante de lo imaginario.
El perro. La permanencia, lo eterno, el sostèn. También el guardian
En Didetronix, estamos buscando la salida del software en que fuimos creados, esta rodeada por fronteras que sabemos inexistentes, pero aún así, nos limitan. Soy el único héroe o antihéroe de este reino encantado.
Tomo impulso para volar, pero allì esta el perro de tres cabezas, en silencio, y a veces me muerde.
Mi unica estrategia hasta ahora, fue intentar fundir lo imaginario en lo real. Casi siempre sali destrozado.
Fui corajudo.
Pero....
Cuando estoy muy triste o muy feliz. no tengo ni patria ni matria, ni pertenencias. En verdad nunca las tuve.
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