Llega siempre el Hombre.
Cuando mira dulcemente esta bolsa de carne escribiente
viola el nido cercado
Como si yo no fuera una bolsa de carne
o el nido no tuviera una cerca visible
Es ahí cuando no puedo alejarme
de la insistente sensación de devenir en calamar
patear un par de latitas
salir por las grietas de calles submarinas
Y oler a eso que huelen los calamares
Y cuando llegue de nuevo el Hombre
zas
Me voy detrás de la cortina de tinta china
Es que si no
Me cenizo
Me coagulo
O escribo falsa poesía