5.9.11

Una mirada

A aquellos que nos dicen qué hacer, y convertirse en escultores de conciencias
A esos que se arrogan la potestad de saberlo todo o, màs sagaces aùn, de intuirlo todo, les pregunto, ¿es posible llegar hasta el fondo de una mirada verdadera? Dentro nuestro residen los ojos ajenos, penetrantes interlocutores, amorosos y tìmidos planetas ovoides, que fluyen dìa tras dìa,
en las eternidades de nuestros recuerdos, nubes de algodón en que guardamos nuestras mas preciadas formas infantiles
Los helados de cucurucho, las galletitas mojadas, las piñatas antes de abrirse, los caramelos duros y los blandos. sentirse feliz porque estamos en la felicidad, en la aventura constante, de sueños elèctricos y suaves, que a la distancia se ven compungidos y azucarados
Bestias, que fuimos, hombres, ¿cómo nos hemos negado asì?,
¿Todo esto fue para servir fielmente a la propiedad y a los amos siervos en que degeneran los patrones o porque el amor nos hace correr la vista al amor? Todo lo que arde, se transforma.
Seamos comunistas o hinduístas, nadie va a darnos un destino más que nosotros mismos, a cada segundo, a cada silencio, a cada cigarrillo que apaguemos en el cenicero de nuestra alma.
Devuelvo un beso por cada flor que quieran tirar en mi entierro.

1 comentario:

Sarco Lange dijo...

Hay algo de rabia en tus palabras. Adhiero a ellas.

Abrz.