Tres refugios y sus sombras
una semilla nueva, zigzagueante
una galera invisible y un bastón, bordean
este planeta, anillado.
De su centro y hacia arriba
crece un tallo, directo que
asciende hacia un hoyo expectante,
detras del cual se esconde
una libélula misteriosa.
Sumo sus partes y ho hay más
universo. Bordeado. Su ilimitación,
se la debe al movimiento
y al Om, que dice en su respiro.
Y no insisten, las voces
en callarlo, porque
ni siquiera habla.
Es tal cual es
perfecto y de magia.
Repitiéndose a cada instante
eterno como el vuelo del ave
y de cualquiera otra especie,
no tiene adelante ni arriba,
ni lugar a donde ir.
Todo está allí,
siendo y no siendo,
revelado.
1 comentario:
Detrás de tus letras habita el cadmio.
Abrz.
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