todo, todo quiere ser dicho

sin furcios, ni goteos, ni nada
las cruentas representaciones dan cuenta que siempre falta una
palabra
casi al borde de frecuentes estaciones paradisíacas
olemos gruesas desazones y finales Verónica

dime, toma, habla
con el gusto de silbar
y de la la la Verónica.
(es que tu nombre me vecorta)

estridentes
como muy lejanas
de otro sistema colorario y simbólico
cuánto cómo donde como quieras
llegan
a la falsedad de todos mis deseos,
a la punta en la que quiero estar
triturado y repelido como cascarita de huevo,
tus expresiones

a la cámara
y conjuntamente a un conjunto de conjuntos
voy a pedirles:
griten, aparezcan de algun lado

salgan del pozo onlain
hundidos hasta los cables
y las lucecitas de colores
de bombachitas más rosas que rojas
y de pititos con pijas falsas

mientras tanto, yo
con las cholitas en la puerta de casa
y la barbaquiú
pendiente de mi vulgaridad
acostumbrado a los principios irrenunciables
de la gramática
pero a costa de decir lo que.
O a costa de no decir que

pará

bueno, bueno
perá
sabiendo que más afuera que adentro
pero más adentro del plato que en el plato,
está una parte de lo que llamo, el algo así.

A pesar de ello,
"buen día"
me vas a decir
como si se dijese