Puesta en pausa su naturaleza,
el resultado es cada detalle, y polvo en las manos,
se entrega a lo que hasta ayer evitaba,
retornar al hogar, al museo de familia.
Cada objeto es una resabida caída
a los recuerdos de gamuza. Las mesas guardan
horas de codos, con la mirada fija
en los recuerdos vanos, por precisos.
Cada detalle.
La luz toma todo el lugar, (todo lugar)
hace posible que ella,
espíritu indomable,
se pregunte si atentar contra el cosmos
sea una salida ética al paraíso.
Latente, respira sin respirar
deja que la definición se imprima, se deshiniba.
ella ya conoce la respuesta
es una suerte,
que así sea.
Tal vez, algo de la nada
quede como estaba.
1 comentario:
Gracias Martín. Es hermoso, como la luz , como la luz.
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