Sucede
que bajo la parra están las moscas
que lanzaron desde los aviones agrícolas.
Saltaron con alas de paracaídas,
distrayéndome.
Sucede
que bajo el agua cristalina, están las piedras
que son lo que fuimos. Las junté mientras buscaba,
la solución de enigmas o de mi alma,
y los conflictos.
Sucede
que bajo esta silla está la tierra,
que no es absurda y gime nuestros nombres
buscando, con velocidad de pájaro y de
grillo,
la presencia de lo verdadero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario